Es pronto para hacer un balance de este año 2008, pero sabemos que sólo una cosa puede pasar - y es poco probable - para que cambiemos de opinión y digamos que ha sido un buen año. Odio la manera en que empezó nuestro año, y odio casi todo lo que ha ido aconteciendo. Odio la muerte súbita de tu tío y el fastidioso accidente de mi padre. Odio el horrible accidente que se llevó a mi abuelo para siempre. Odio las discusiones idiotas que fastidian un viaje, y odio que parezca que todo está en nuestra contra.
No te lo llegué a contar, empecé a hacerlo, eso sí lo recuerdo, pero no pude terminar porque íbamos caminando y llegamos a nuestro destino.
El fastidioso accidente me hizo pasar mucho tiempo con mi padre, y hablar de muchas cosas. Me sorprendí diciéndole cosas que jamás había dicho a nadie, ni a ti, que eres la parte interesada. Haciendo referencia a un comentario que hicieron las visitas y el enfermo de la cama de al lado, miré a mi padre y le dije "yo es que debo ser muy rara". Afortunadamente - yo ya lo sabía - no soy rara a los ojos de mi padre, pues creo que una gran parte de mi personalidad se la debo a él. Me dijo que no siempre es fácil encontrar a alguien con mismas o similares opiniones cuando uno tiene tan marcadas ciertas características. Empezamos a hablar de amigos y saliste tú. En primer y único lugar. No porque no tenga más. Sí porque somos 100% compatibles. Le dije a mi padre que eras la única persona, quitando a Miq, con la que sentía que congeniaba. Soy rara, somos personas raras (a los ojos de los demás), pero creo que precisamente eso es lo que nos ha llevado a ser lo que hoy somos.
Es típico decir "llámame cuando lo necesites, sea la hora que sea, que ahí estaré" pero nunca nadie tiene el valor suficiente para hacer esa llamada, quizá porque nadie confia tanto en la amistad con quien la dice. Sin embargo yo te llamé. Y te llamo. Tú me llamaste. Y me llamas. Y lloramos juntas. Y nos reimos. Y nos decimos todo lo que nos tenemos que decir. Y eso, todo eso, es lo que te hace uno de los pilares de mi vida.
Y ahora te me vas. Dos semas sólo, pero al único rincón de este país que no tiene cobertura.
TE QUIERO y ya te echo de menos, feota.
Salud,
Nür