Lilypie Esperando Ticker
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26/2/09

Noticias que me gustan

Mañana ya es viernes. Necesito que sea mañana a las 15h para salir de la oficina. Y terminará otra semana más. Otra semana pasada y olvidada.

Desde el martes estoy contenta (a ratitos, dada mi situación actual) porque recibí un mensaje al móvil de una compañera de fatigas. Una chica que conocí en los cursos de Conselleria y con la que congenié mucho. Su mensaje decía "Mañana tengo que ir a Conselleria a ver la preasignación. No sé nada más". No cabía en mí de alegría. Iba en el coche con Miq y me puse a gritar de alegría. Su preasignación me ha emocionado muchísimo porque es "monomarental" y su expediente corría el riesgo de quedarse en el olvido.
Ayer estuve hablando con ella largo y tendido. Dice que su pequeñín, de tres añitos, es lo más guapo que hay en el mundo, y seguro que así es; ¿alguien lo duda? De fecha de juicio todavía no le han dicho nada de nada... pero bueno, lo importante es que ya tiene una foto para achuchar, abrazar y babosear a su antojo. ¡¡Enhorabuena!!
Esto quiere decir que la cosa se va moviendo. No va tan lento como lo pintan. No va tan mal. Va despacito pero sin pausa, y eso es lo importante. Y quizá sea en Septiembre, o quizá no, pero nosotros también recibiremos esa llamada, y es motivo de felicidad.
Salud,
Nür

23/2/09

¿Cuatro, doce o dieciocho?

Esta tarde he estado pensando en Suly. Llevaba tiempo sin pensar en él (o ella) de esta manera; como hay otras cosas que me atormentan mucho más ahora, lo tenía arrinconadito en un lado de mi cabeza.

Lo curioso es que he estado pensando en Sulayman dentro del tormento mismo.
Desde el primer momento tuve claro que me acogería a la baja por maternidad con la llegada del churumbel, lo que no sabía seguro era si me pediría una excedencia; eso lo dejaba para pensarlo más adelante, cuando supiera la edad, cuando viera la evolución, el desarrollo del vínculo; pero me autoconvencía de que era muchísimo mejor una reducción de jornada. ¿Mejor? ¿Para qué?. Dejando de lado el tema económico, que podría, de alguna manera y en algunos casos, ser determinante, consideraba que con una excedencia mis posibilidades de ascenso en la empresa se limitaban (por no decir que quedan anuladas, al menos durante ese periodo); sin embargo con una reducción de jornada sigo estando presente. Sigo en la oficina. Siguen viéndome. Sigo trabajando ergo siguen teniéndome en cuenta.
Y sin embargo, no puedo evitar pensar que mientras mi superior inmediato siga siendo quien es, mis posibilidades de ascenso (y las del resto de mis compañeros) son nulas desde y para siempre, por tanto, ¿por qué voy a perder la oportunidad de estar no sólo cuatro meses, sino hasta un año o más con mi pequeño?. Es algo que tengo que meditar mucho. Es una decisión que no puedo tomar en un momento como este. Es una opción que he de estudiar detenidamente; y como tiempo tengo, he decidido requetepensarla mucho para asegurarme de hacer lo correcto; pues es probable que dentro de un tiempo el tormento pase y lo vea todo un poco más claro en cuanto a mi futuro profesional...

Salud,
Nür

18/2/09

Lo nunca visto

Últimamente mi trabajo es lo más similar al infierno que he conocido nunca. Parece que todo son problemas. Mi jefe me llama al despacho para darme las gracias por estar como un jabato (palabras textuales) afrontando todo lo que se me presenta, y al día siguiente me llama para echarme la bronca por no sé qué narices. Que igual debería trabajar más horas, dice. Mi jefe es de los que mide el trabajo de alguien por las horas que dedica, no por los resultados. Y yo no debería hacerle caso. Sé que trabajo mucho y bien. Sé que cualquier otro jefe estaría orgullosísimo de mí, y sin embargo me siento tan mal, que voy y me paso las tardes en la oficina, trabajando más y todavía mejor, para que no haya dudas. Para que se sepa que valgo para esto. ¿Acaso no se sabe ya?.
No duermo por las noches. Paso los dias con los ojos llorosos de cansancio y unas ojeras hasta el ombligo. Si me paro a pensar al menos dos minutos acabo llorando. No puedo parar de comer, y he ganado ya casi 2 kilos - además de los que hacen que los sujetadores te aprieten y los pantalones no suban -. Creo que es ansiedad, o depresión, y no soy capaz de ir al médico a ver qué me pasa.
Para más inri en la oficina hay un compañero de baja durante 30 días porque está nervioso dado que se tiene que comprar un coche nuevo (increíble pero cierto), ya que el suyo, de más de 15 años ha dejado de funcionar. Una baja de 30 días. Síncope por emoción pone en su parte. Y yo, hundida en la miseria emocional, como una jabata afrontando las tormentas, incapaz de ir al médico, no sea cosa que me toque quedarme un par de días en casa y me sienta todavía peor.
Hay que joderse.

Salud,
Nür

14/2/09

Pequeño gran cambio

Aunque tengamos asumido que Sulayman tardará aún un tiempo, no dejamos de pensar en él (o ella), y en las pequeñas cosas de nuestro día a día que tendrán que cambiar. Algunas son pequeñitas del todo, otras, no tanto.
En la que más nos estamos centrando ahora es en el tema de los gatos por la noche. Y lo digo haciendo ver que es una acción que está llevando un tiempo, unos días, y un esfuerzo por parte de todos (de Noya, Tito, Miq y mío).
Desde el principio de los tiempos los gatos vagan por la casa a sus anchas, tanto de día como de noche. No me importa en absoluto porque son mis mininos, están vacunados y en perfectas condiciones de salud, y los quiero con locura. Con el peque aquí la cosa seguirá igual durante el día: Que vayan donde quieran. Que duerman donde quieran (la habitación del churumbel estará cerrada igual que lo está desde siempre - antes incluso de determinar que fuese a ser esa, y no otra), pero no por la noche. Por la noche los gatos suelen dormir con nosotros. Noya toda la noche, Tito cuando se cansa de mostrar su faceta asocial estando en cualquier otra habitación. Sabemos de buena tinta que si Suly está en su cunita en nuestra habitación, ninguno de los dos gatos tardará ni un segundo en meterse allí también a dormir, y no es plan. Sabemos también que si Suly duerme en su habitación, y ésta está abierta para oirlo si llora o lo que sea, Noya y Tito estarán allí con él; y tampoco es plan.
Así que, mientras que el niño sea una novedad en casa; mientras no tenga la suficiente fuerza como para apartar a los gatos si no quiere estar con ellos; mientras no sea lo suficientemente mayor como para decidir si le gusta o no que ellos duerman a sus pies, los gatos van a tener que pasar las noches encerrados en la cocina.
Me gustaría tener una casa en vez de un piso, para no tener que tenerlos encerrados. Para que pudieran estar en un patio, o de cacería en el jardín, pero de momento van a tener que conformarse con la cocina.
Y tiene que ser la cocina porque está pegada a la galería, y es ahí donde tienen su "cuarto de baño". Hasta ahora el "baño" de los gatos estaba en uno de los baños de casa porque dejar la puerta de la galería abierta, en pleno invierno, no es algo que nos apetezca demasiado. Pero ya hemos solucionado el tema comprando - y colocando - ¡una gatera!

El motivo por el que lo hemos hecho ya es porque no queremos que los gatos asocien la llegada de Sulayman con el encierro nocturno en la cocina, y la idea es empezar a dejarlos encerrados desde ya.
Primero tenemos que comprobar que le cogen el gustillo a eso de pasar por la mini-puerta (no tan mini, que la hemos tenido que comprar para perro, dadas las dimensiones de Tito). Ayer fue el primer día... y no había forma de que pasaran. Saqué a los dos a la galería y les enseñé la malta desde la cocina. No sé qué tiene la malta que les vuelve locos; así que ¡Noya no tardó ni un segundo en pasar! Ni se lo pensó, vamos. A Tito le costó más. Tuve que ayudarlo a pasar y me costó lo mío... así que un par de horas más tarde lo volví a sacar a la galería y me fuí. Asombrosamente, a los cinco minutos se decidió y pasó él solito.
Ahora sólo me falta comprobar que efectivamente salen y entran cuando quieren y sin miedo, y a partir del lunes, dormirán encerrados, por más que me pese, y por mucho que vayamos a echar de menos su calorcito y sus ronronitos durante la noche :(

Salud,
Nür

9/2/09

Velázquez

Este finde hemos estado en Madrid. El motivo del viaje, esta vez, no era una maratón, ni un triatlón, ni el trabajo de Miq. Hemos ido porque sí. Para pasar un fin de semana diferente.
Esta mini-escapada era una de esas cosas que yo tenía aplazada "por si". ¡Ya ves qué tontería! Y la he disfrutado una barbaridad.
Había estado otras veces en Madrid, pero nunca había ido al Museo del Prado, así que esta vez era mi único objetivo. No voy a decir que pasé todo el día en él y me quedé con ganas de más porque no es verdad. Igual un entendido en arte me tacha de bárbara, pero mi mayor ilusión era poder ver "Las Hilanderas" y "La Fragua de Vulcano" en persona. Y lo hice. No me paré a observar cuadros en salas que no me interesaban lo más mínimo. No aprecié cada mínimo detalle de cada cuadro allí expuesto. No. Yo quería ver estos dos cuadros y los vi. Y también "El Jardín de las Delicias" de El Bosco, que me dejó helada. Jamás lo había imaginado así (y lo había visto trillones de veces en libros de arte y demás) y me encantó.
Lo que sentí cuando me encontré con Las Hilanderas cara a cara no puedo expresarlo con palabras. El corazón se me salía del cuerpo. Es tan grande... ¡¿Cómo no podía saber que era de ese tamaño?! Es magnífico. Sublime.
Miq recorrió toda la sala y se fue a otra, y yo seguía allí, sin poder quitarle el ojo de encima. La suerte que tuvieron en el museo aquel día fue que no hay banquito para sentarse delante de él, porque ¡habrían tenido que sacarme de allí a rastras a la hora del cierre!
Con La Fragua me pasó más de lo mismo. A La Fragua le tengo un cariño especial porque me trae muy buenos recuerdos de mi época del instituto. No es algo que pueda ni quiera explicar aquí. Son recuerdos de adolescencia que se quedarán siempre en mí y que me hacen sonreir al recordarlos. El tamaño de este cuadro también me impresionó, pero más las expresiones de las caras de Vulcano y el resto de herreros. Jamás en un libro de arte había podido apreciar esas expresiones. Es una foto. Talmente. Estaba allí, mirando el cuadro, y creía escuchar lo que Apolo estaba contando. Increible.

Y, dejando el arte de lado, este finde me ha servido para desconectar del trabajo, que me tiene sumida en un estado ansioso constante últimamente. De Suly no he necesitado desconectar porque desde hace un tiempo estoy genial en este tema. Tanto es así que ayer hicimos nueve meses de espera, ¡y me lo tuvo que recordar el blog! Sin embargo, y para que cuando llegue sepa que estuvimos en Madrid mientras le esperábamos, le compramos un libro de la tienda del Museo la mar de majo. Un libro para que aprenda los colores asociándolos a cuadros de Van Gogh. ¡Una pasada! En el próximo inventario - que lo habrá - lo cuelgo.

Salud,
Nür

8/2/09

Entrada relámpago

No venía a escribir. Hemos llegado de Madrid hechos polvo, he dormido un rato, he visitado casi todos los blogs amigos y la cena está casi hecha... pero he visto en mi Lilypie que hoy hace 9 meses que empezó la cuenta atrás. ¡Ni me había acordado! Y me ha hecho ilusión ver ese dato ahí, tan redondito, tan concreto, tan lleno de significado en cualquier embarazo "normal". ¡Pedazo camino hemos recorrido ya!
Salud,
Nür

3/2/09

25 cosas que deberías saber sobre mí. (Actualizado)

Allá van:

1.- Soy rara - o eso piensan los demás
2.- Tengo cara de mala leche
3.- Y tengo mala leche, en realidad
4.- Pero a buenas soy muy buena
5.- Me encantan los gatos
6.- Soy defensora a ultranza de los derechos de los animales
7.- Soy bajita
8.- Sufro del mal del tordo (la cara fina y el culo gordo)
9.- Vivo sin tele porque quiero
10. - Soy incapaz de hablar de política sin encenderme
11. - No me gusta la política
12. - Ni los políticos
13. - Me dan miedo los espejos en la oscuridad
14. - Sé decir que NO (y estoy orgullosa de ello)
15. - Soy una maniática de la limpieza
16. - No soporto las mentiras, aunque sean piadosas
17. - No me gusta estar sola demasiado tiempo
18. - Me da un poco de miedo mi próxima maternidad
19. - Cambio los muebles de sitio frecuentemente
20. - Hablo por los codos
21. - Pero cuando me enfado me callo
22. - Tengo debilidad por el chocolate (sin mariconadas como naranja, menta o similar)
23. - No sé soltar indirectas, siempre me salen directas y al cuello
24. - Elijo no comer carne, pero NO soy vegetariana
25. - Soy Diciembre 2009 en el "típico" calendario...

Esto en realidad es un "meme" dichoso, pero como no me lo han enviado a través del blog, considero que tengo excusa para simplemente hacerlo y no enviárselo a nadie - ¡como si me hicieran falta excusas! :D
Sin embargo, recomiendo encarecidamente que lo hagais, porque es un buen ejercicio para conocerse todavía más a uno mismo. Y parece fácil, pero reconozco que, aunque ahora sería capaz de hacer otra lista, me ha costado bastante llegar a 25.

Salud,
Nür

Actualización:
El "típico" calendario es el "típico" calendario. El típico de bomberos, el típico de Pirelli.... Ahora hay uno que es ¡el típico de bailarinas del vientre! Y sí, típico, típico ¡y sin vergüenza ninguna!