Por más que frotes y por más que lo laves, te lo digo yo. No hace falta que explique cómo he llegado a esta conclusión, y lo que no voy a hacer es entrar en detalles sobre como mi hermosa cabellera quedó ayer cubierta de titanlux blanco interiores -especial decoración.
No fue toda, afortunadamente, sólo una parte, y por más que cepillé e intenté cortar los mechones más manchados, hoy en la oficina una compañera me ha preguntado si me había hecho reflejos "sólo en las puntas". Bueno, al menos eso muestra que ¡he conseguido disimular el resto!. He tenido que explicarle el tema, y gráficamente le he demostrado el momento cabezado contra mueble recién pintado, a lo que han seguido unos minutos de auténtica carcajada -por su parte- y de vergüencilla - por la mía.
Estoy pintando la cuna de Suly. El otro día lo intenté y me dió más bajón todavía... pero creo que he conseguido salir de este socaboncillo y ahora estoy mucho mejor. Ayer volví a ponerme... y salvo por el cabezazo (que nadie pregunte cómo) todo fue viento en popa. Hubo algún momentillo triste, pero en seguida pensaba en lo bonita que está quedando, y lo relativamente poco que falta para que el churumbel la ocupe (espero, porque como no necesite cuna ¡a ver qué hacemos!) y me animaba.
Hoy estoy bien, del todo, pero no por haber podido pintar un trocito más, sino porque he releido todos vuestros comentarios mil veces y sólo conseguis hacer que me sienta mejor. Ver un volcado tan grande (¡28 comentarios en el blog! ¡¡record!!) en un momento en que tanto lo necesitaba me ha levantado el ánimo hasta el infinito - ¡y más allá!.
Gracias a todos y todas por estar ahí.
Salud,
Nür