De cinco meses y medio

Si estuviera embarazada esta sería, imagino, mi barrigota ahora mismo. 5 meses y dos semanas desde que entregamos todos los papeles, desde que esperamos la llegada de nuestro churumbel etíope.
El sábado estuvimos en unas jornadas de formación que impartía la ECAI con la que trabajamos, y si todo sigue al ritmo que va, y no tiene por qué pararse (aunque todo puede pasar), Sulayman vendrá prematuro.
Miento si digo que no me quiero hacer ilusiones, porque ya las tengo hechas, y de no tenerlas, querría; pero todo apunta a que nuestro pequeño está más cerca de lo que esperamos. Más cerca de lo que pensamos. Más cerca de lo que jamás habríamos imaginado.
Según parece todo está yendo rápido ahora, aunque bien es sabido que igual que todo lo que sube baja, también lo que va rápido de pronto se frena, pero estamos a las puertas: somos uno de los pocos expedientes que nuestra ECAI tiene en Etiopía.
Desde el sábado no puedo dormir. Ya me pasó cuando nos dijeron que el expediente salía para Addis. Me paso unos días sin dormir. Fatal. Sí que duermo, en realidad, pero tengo pesadillas horribles, y todas relacionadas con Sulayman.

No tenía el placer de conocer a las personas que forman nuestra ECAI, y, a falta de la presidenta, el sábado pudimos conocerlas a todas. Geniales. Fantásticas. Me encantó como hablaron y como trataron ciertos temas que están afectando más de lo que parece a sus proyectos en Etiopía. Me gustaron como personas y como profesionales. Me gustó que nos trataran como personas y no como un simple número de expediente. Hablaban con Miq y conmigo y daba la sensación que sabían quienes éramos. No daba la sensación, estoy segura que lo sabían.
Desde aquí mi más sincero agradecimiento a ellas, que están haciendo posible la llegada de Suly, y mi repulsa a la gente que goza sembrando pánico y organizando motines en ciertos rincones de la red, que lo único que hacen es tirar piedras al camino de los que vamos detrás.

Salud,
Nür